ENCUENTRO
Seguí caminando, y a lo lejos de mi justo en la misma calle, vi a una chica un poco triste, no lloraba, solo estaba sentada frente a un edificio, al parecer abandonado, con un estuche de un cello, al parecer también se veía cansada. Siempre fui tímido y soy poco de hablar a las mujeres, sin embargo siempre me consideraron un caballero, nunca supe porque; pero esa chica se veía solitaria, y algo en ella me hizo sentir una extraña sensación de valentía y misterio, me gustaba, tenía las mejillas blancas casi pálidas, de cabello ondeado y negro, con una parte de su rostro tapado y con rasgos medio orientales.
Que puedo decir, me encantaba la chica, era diferente, sin embargo mi cobardía le gano a todo, así que solo seguí continuando con mi paseo. Todos los días salía a caminar justo por esa calle, no pensaba ver a la misma chica, solo me gustaba esa calle, se veía calmada, sin todo el ruido que hace el mundo humano, de alguna forma esa calle me recordó al silencio de la naturaleza cuando trata de susurrarte algo al oído. Sin querer me quede mirando al edificio, donde vi a esa chica; se veía algo elegante, como los que suelen haber en las grandes urbanizaciones, donde viven los que pueden pagar más de lo que deben, pero aun así no les importa. Otra vez estaba ahí, sentada, solo que esta vez entro a el edificio. Quizá vivía, pero me acorde que el oficial dijo que nadie vivía por aquí, en todo caso no debería ser la única inquilina, o si?.
Otra vez mi cobardía me gano, así que me pase de largo, y al poco rato, escuche un grito, nadie estaba por la calle, sentí un frio inmenso, pero no podía dejar sola a una señorita así que mi valentía, o más bien mi caballerosidad se incremento, y entre a supuestamente socorrerla.
Todo estaba oscuro, poco se notaba lo que había en el edificio, era un hall inmenso, sin luces ni nada, como un estacionamiento, seguí caminando. Llego un viento fuerte, que hizo que las puertas se cerraran y se oyeran fuerte, me asuste, parecía esas películas donde al cerrarse las puertas ya no había escapatoria, en fin no le tome mucha importancia, que tonto.
Seguí caminando, no podía ver nada, y de pronto me tropecé, al parecer la chica se había desmayado, la desperté con sutileza, y aunque no veía bien, vi su rostro, lo confirme, era una chica realmente hermosa, y por lo tanto muy fuera de mi alcance, sin embargo no sé porque me paso por la mente, la imagen de la bella durmiente.
- Señorita, señorita?! – ella despertó.
- Qué pasa?, quien es ud? – me dijo con una voz serena y ronca.
- Ud grito, así que vine a ver qué pasaba, y bueno , la encontré desmayada, se encuentra bien?
- No es nada, solo que no me gusta la oscuridad, así que me asuste.
- Y porque entro aquí?? – no sé porque le pregunte eso
- Emmmm, no es de tu incumbencia!
- Bueno perdone, (que grosera) – justo como me gustan
- Ya que estas aquí… mmmm como te llames, me podrías acompañar?
- Me llamo Sven.. – le respondí algo disgustado. Porque me pedía que le acompañase, no lo entiendo, ni siquiera la conozco, menos ella a mí, podría ser un violador, no tiene miedo?, de todos modos no podía dejarla ahí sola. Se me quedo mirando
- Me vas a acompañar o no? – dijo apurada, casi adelantándose
- Está bien, pero como se llama señorita?
- Eve – y no dijo más.
Seguimos caminando, a cada paso, se hacía más oscuro, lo extraño era que no había caminado mucho y no me incomodaba, de alguna forma distinguía las cosas, como si el edificio estuviera iluminado, justo como cuando hay luna llena.
- Que haces aquí? – le pregunte
- … - me miro, tenía algo de tristeza en los ojos, pero como poderlo ver si estaba tan oscuro, no lo sé, de alguna forma los vi claramente, esos ojos tan tristes – busco a mi novio – esas palabras me incomodaron, pensé que tenía alguna oportunidad de estar con ella.
- Y como se llama? – no entiendo porque le pregunte eso
- Marshall
- Tiene nombre de anciano
- Eso me gusta de él – sonrió, de verdad le gustaba.
- Acaso vive acá?, que no es este un edificio abandonado, además está algo debilitado este edificio se podría caer en cualquier momento – creo que estaba exagerando – porque no mejor pedirle a los policías, o a los bomberos?
- Ellos no buscan fantasmas… - me paralice al escuchar lo que salía de sus labios
- Fantasmas? Es una broma no?
- No…, en realidad no sé, pero aqui fui la última vez que lo vi, justo a la entrada de las escaleras pasando por la cochera en la que estamos ahora. – sonrió, pero con algo de pena
No entendía, dijo que era un fantasma, lo que quiere decir que el chico estaba muerto, pero luego dijo que no lo sabe, que demonios está pasando aquí…
- A que te refieres con que no sabes? Si estuviera muerto no deberías buscar en un cementerio o en su casa si fuese lo contrario?
- Bueno no puedo hacer nada más que esperarlo aquí
- Porque?
- Ahí mismo me asesino – lo dijo señalando las escaleras – y estoy atada aquí para preguntarle el porque
Al parecer me desmaye al oír eso, estaba afuera del edificio, tirado junto a la pared, ya era de día y yo tenía que irme a estudiar. Como dije siempre deteste la historia de fantasmas, me molesta que aun haiga almas penando, porque no pueden encontrar la paz. Me preocupa Eve, algo en mi me hace querer ayudarla, ¡pero cómo!, no estuve bien todo el día, me puse a pensar en Eve, de alguna manera me hace acordar a mis padres.
Seguí caminando, y a lo lejos de mi justo en la misma calle, vi a una chica un poco triste, no lloraba, solo estaba sentada frente a un edificio, al parecer abandonado, con un estuche de un cello, al parecer también se veía cansada. Siempre fui tímido y soy poco de hablar a las mujeres, sin embargo siempre me consideraron un caballero, nunca supe porque; pero esa chica se veía solitaria, y algo en ella me hizo sentir una extraña sensación de valentía y misterio, me gustaba, tenía las mejillas blancas casi pálidas, de cabello ondeado y negro, con una parte de su rostro tapado y con rasgos medio orientales.
Que puedo decir, me encantaba la chica, era diferente, sin embargo mi cobardía le gano a todo, así que solo seguí continuando con mi paseo. Todos los días salía a caminar justo por esa calle, no pensaba ver a la misma chica, solo me gustaba esa calle, se veía calmada, sin todo el ruido que hace el mundo humano, de alguna forma esa calle me recordó al silencio de la naturaleza cuando trata de susurrarte algo al oído. Sin querer me quede mirando al edificio, donde vi a esa chica; se veía algo elegante, como los que suelen haber en las grandes urbanizaciones, donde viven los que pueden pagar más de lo que deben, pero aun así no les importa. Otra vez estaba ahí, sentada, solo que esta vez entro a el edificio. Quizá vivía, pero me acorde que el oficial dijo que nadie vivía por aquí, en todo caso no debería ser la única inquilina, o si?.
Otra vez mi cobardía me gano, así que me pase de largo, y al poco rato, escuche un grito, nadie estaba por la calle, sentí un frio inmenso, pero no podía dejar sola a una señorita así que mi valentía, o más bien mi caballerosidad se incremento, y entre a supuestamente socorrerla.
Todo estaba oscuro, poco se notaba lo que había en el edificio, era un hall inmenso, sin luces ni nada, como un estacionamiento, seguí caminando. Llego un viento fuerte, que hizo que las puertas se cerraran y se oyeran fuerte, me asuste, parecía esas películas donde al cerrarse las puertas ya no había escapatoria, en fin no le tome mucha importancia, que tonto.
Seguí caminando, no podía ver nada, y de pronto me tropecé, al parecer la chica se había desmayado, la desperté con sutileza, y aunque no veía bien, vi su rostro, lo confirme, era una chica realmente hermosa, y por lo tanto muy fuera de mi alcance, sin embargo no sé porque me paso por la mente, la imagen de la bella durmiente.
- Señorita, señorita?! – ella despertó.
- Qué pasa?, quien es ud? – me dijo con una voz serena y ronca.
- Ud grito, así que vine a ver qué pasaba, y bueno , la encontré desmayada, se encuentra bien?
- No es nada, solo que no me gusta la oscuridad, así que me asuste.
- Y porque entro aquí?? – no sé porque le pregunte eso
- Emmmm, no es de tu incumbencia!
- Bueno perdone, (que grosera) – justo como me gustan
- Ya que estas aquí… mmmm como te llames, me podrías acompañar?
- Me llamo Sven.. – le respondí algo disgustado. Porque me pedía que le acompañase, no lo entiendo, ni siquiera la conozco, menos ella a mí, podría ser un violador, no tiene miedo?, de todos modos no podía dejarla ahí sola. Se me quedo mirando
- Me vas a acompañar o no? – dijo apurada, casi adelantándose
- Está bien, pero como se llama señorita?
- Eve – y no dijo más.
Seguimos caminando, a cada paso, se hacía más oscuro, lo extraño era que no había caminado mucho y no me incomodaba, de alguna forma distinguía las cosas, como si el edificio estuviera iluminado, justo como cuando hay luna llena.
- Que haces aquí? – le pregunte
- … - me miro, tenía algo de tristeza en los ojos, pero como poderlo ver si estaba tan oscuro, no lo sé, de alguna forma los vi claramente, esos ojos tan tristes – busco a mi novio – esas palabras me incomodaron, pensé que tenía alguna oportunidad de estar con ella.
- Y como se llama? – no entiendo porque le pregunte eso
- Marshall
- Tiene nombre de anciano
- Eso me gusta de él – sonrió, de verdad le gustaba.
- Acaso vive acá?, que no es este un edificio abandonado, además está algo debilitado este edificio se podría caer en cualquier momento – creo que estaba exagerando – porque no mejor pedirle a los policías, o a los bomberos?
- Ellos no buscan fantasmas… - me paralice al escuchar lo que salía de sus labios
- Fantasmas? Es una broma no?
- No…, en realidad no sé, pero aqui fui la última vez que lo vi, justo a la entrada de las escaleras pasando por la cochera en la que estamos ahora. – sonrió, pero con algo de pena
No entendía, dijo que era un fantasma, lo que quiere decir que el chico estaba muerto, pero luego dijo que no lo sabe, que demonios está pasando aquí…
- A que te refieres con que no sabes? Si estuviera muerto no deberías buscar en un cementerio o en su casa si fuese lo contrario?
- Bueno no puedo hacer nada más que esperarlo aquí
- Porque?
- Ahí mismo me asesino – lo dijo señalando las escaleras – y estoy atada aquí para preguntarle el porque
Al parecer me desmaye al oír eso, estaba afuera del edificio, tirado junto a la pared, ya era de día y yo tenía que irme a estudiar. Como dije siempre deteste la historia de fantasmas, me molesta que aun haiga almas penando, porque no pueden encontrar la paz. Me preocupa Eve, algo en mi me hace querer ayudarla, ¡pero cómo!, no estuve bien todo el día, me puse a pensar en Eve, de alguna manera me hace acordar a mis padres.
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